sábado, 19 de febrero de 2011

Serendipia

Una serendipia es un descubrimiento o un hallazgo afortunado e inesperado. Se puede denominar así también a la casualidad, coincidencia o accidente.
Seguro que todos nosotros conocemos ejemplos de inventos que han surgido de la casualidad, de la fortuna. La historia del Post-it, del bolígrafo, del velcro, etc son historias nacidas de un encuentro casual, podemos decir del azar. Un gran ejemplo de este fenómeno podría ser el descubrimiento de la penicilina. Hasta Albert Eisntein reconoció esta cualidad en algunos de sus hallazgos.
Pongamos el ejemplo del bolígrafo. La historia cuenta que Laszlo Biro estaba molesto por los trastornos que le ocasionaba su pluma fuente cuando ésta se le atascaba en medio de un reportaje y que obtuvo la idea de su invento observando a unos niños mientras jugaban con bolitas en la calle. En algún momento, una de ellas atravesó un charco y al salir siguió trazando una línea de agua sobre la superficie seca de la calle.
Está claro que para que esto se produzca no sólo es necesario el azar. Es preciso que la persona a la que le sucede este hecho tenga la capacidad, el interés y la preparación para transformarlo en algo útil. ¿Cuántos veces antes una bola habría cruzado un charco dejando un rastro al salir?
En la política también es necesario tener un poco de serendipia. Me atrevo a traducir el significado como: la capacidad de aprovechar las oportunidades que las circunstancias ajenas a ti te ponen a tu disposición. Haciendo una traslación, reconozco que un poco forzada, a la política navarra la división en la derecha navarra y en el nacionalismo vasco han creado un mejor “espacio” político a la izquierda social. De nuestro trabajo depende que este “espacio” sea percibido como útil por la ciudadanía navarra.

"En los campos de la observación, el azar favorece sólo a la mente preparada". Pastur

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