El otro día me llegaba, a través de la Red, una
información sobre un potente Fondo de Inversión noruego que había aprobado
realizar exclusivamente Inversión Socialmente Responsable. Eso se resumía en
poner sus activos sólo en empresas que siguieran principios de Criterios ASG
(medioambientales, sociales y de buen gobierno).
Estos conceptos eran similares a los que un
banco ético anuncia en su página web a la hora de fijar dónde van los fondos de
sus clientes, fijando criterios que utilicen al dinero como un instrumento para
plantear alternativas y no como mero objeto de especulación.
He repasado otros términos que se están
utilizando cada vez más, y no son sólo enunciados, que inciden en esa línea de
pensamiento: economía con tope de recursos, economía del bien común o
responsabilidad social empresarial. A éstos se le pueden sumar dos conceptos
como son la teoría del decrecimiento o la austeridad confortable.
En ellos se apela a nuestra función de
consumidores. Por un lado evitando el consumismo desaforado (imposible de
mantener económica y medioambientalmente) y por otro seleccionado qué producto
compramos. En el caso que señalaba al principio, dónde colocamos nuestros
dineros.
Pero sobre todo ello subyace el concepto del
bien común. El mirar más allá del yo para situarnos en lo colectivo, en lo
común. Asumiendo responsabilidades personales que favorezcan lo público, lo que
es de todos. Ejerciendo una ciudadanía activa y concienciada.
Termino con una cita, un poco larga, de Joan
Subirats: “Entendemos que esta nueva concepción de lo público como lo común, es
decir, lo que es asunto de todo, está vinculada a una idea dinámica de
ciudadanía. Una concepción de la ciudadanía articulada desde los valores de la
igual dad de oportunidades y de condiciones de partida; y desde los valores de
la solidaridad, la democracia y la autonomía personal. Una ciudadanía que
solamente puede crecer y consolidarse mediante su propio ejercicio. Una
ciudanía que debe dejar ser un simple receptáculo o contenedor de derechos
reconocidos, para convertirse en un ejercicio permanente de corresponsabilidad
y solidaridad social sobre los problemas comunes.”