Ayer me llegó vía correo electrónico el texto de una Manifiesto presentado en Madrid y firmado por más de 40 organizaciones. Este texto de tres hojas recoge una defensa de lo público y analiza propuestas para una sociedad más cohesionada.
Más allá de compartir desde la primera hasta la última letra del texto quiero centrarme en un concepto que recoge el texto: exigencia ética de toda la sociedad. La concepción ética de cualquier decisión económica. Todo el mundo asume que las decisiones macroeconómicas inciden en la vida cotidiana de los ciudadanos a los que se dirige la ley.
Cualquier Proyecto de Ley se compone de un preámbulo que se convierte en un dechado de buenas intenciones que pretenden justificar la necesidad casi divina de esta norma, el articulado que desarrolla la ley, después llegará un futuro reglamento que profundiza o contradice el articulado y, en el mejor de los casos, una memoria económica del coste del desarrollo de la Ley.
Siendo ingenuos, o no, podíamos pedir una valoración ética de las consecuencias de la aplicación de estos preceptos. Hablo de una ética civil. Me refiero a los principios recogidos en los frontispicios de las Constituciones europeas. Enunciados como Estado Social y de Derecho, igualdad, libertad, participación, redistribución de la riqueza, etc.
¿Por qué no exigimos que nos informen de los costes sociales de la injusta Ley hipotecaría, de la reducción de la ayuda al desarrollo, de las mayores dificultades de acceso a la renta básica, de desregulación de los mercados especulativos que encarecen los alimentos básicos, etc.?
Mientras mis peticiones quedan en pura reflexión, os paso el enlace al Manifiesto en Defensa del Estado del Bienestar y los Servicios Públicos para vuestra lectura, reflexión y publicidad. http://www.nuevatribuna.es/media/files/2012/02/20/manifiesto.pdf
