martes, 29 de marzo de 2011

Las desvergüenzas de las grandes empresas.


Todos somos consientes de que existen, y han existido, presiones por parte de las grandes empresas a los diferentes gobiernos que han residido en la Moncloa.
Conversaciones más o menos privadas que de forma individual o en forma de lobby de presión (tan de moda en esta semana) ha intentado, y en muchos casos lo han conseguido, influir en las decisiones económicas del Gobierno de turno.
Pero lo de este fin de semana roza la desvergüenza. Es la plasmación pública de aquellos, que llenos de soberbia por que van consiguiendo todo lo que han solicitado, se atreven a exponer con luz y taquígrafo al resto de la ciudadanía: "Aquí mandamos nosotros".
Por lo leído no les basta con que las políticas económicas, financieras, fiscales y laborales jueguen a su favor. Si no que quieren marcar los ritmos, exprimir a sus jugadores antes de que salgan los suplentes, no para cambiar el juego si no para continuar el partido, y si es posible terminar de machacar al rival.
Botín, nuevo miembro del Comité Federal de PSOE, ha hecho un "favor" a Zapatero: "No se te ocurra irte sin culminar las reformas económicas que te hemos trasladado. Luego, en marzo de 2012, ya sacaremos a nuestra verdadera estrella gallega para que recoja los réditos".
En el próximo Comité Federal del día 2 de abril la sombra del "Santander" planeará por Ferraz.

jueves, 24 de marzo de 2011

¿Libia no es Irak?


         Si comienza uno con certezas,
terminará con dudas; mas si se conforma
en comenzar con dudas, llegará a
terminar con certezas. Francis Bacon.


         Tras el desastre del terremoto, el posterior tsunami y la amenaza nuclear  todo el mundo pusimos nuestros ojos en Japón; el dictador Gadaffi aprovechaba el cambio del foco mediático para aniquilar a una parte de su pueblo.

         Para mí, era necesario exigir a la comunidad internacional movimientos que parasen esa dinámica. Y en estas estábamos, cuando la ONU aprueba una resolución que autoriza la entrada en el conflicto a las fuerzas internacionales (eufemismo que significa ejércitos).

         Y aquí comienzan mis dudas. Me sorprende la convicción de algunas personas con las que he compartido pancartas del “No a la guerra”, que  han pasado automáticamente a justificar la intervención militar española bajo la justificación “tenemos resolución de la ONU y esto da un respaldo jurídico que la guerra de Irak no tenía” (según políticos y tertulianos de la derecha la resolución 1441 de la ONU permitía esa intervención). Pero incluso aceptando esta premisa jurídica, que no ética, continúan mis dudas.

         Esta resolución está numerada como la 1970. No me voy a poner a repasar todas, pero me viene varias la cabeza en las que no hemos actuado con tanta vehemencia: Sahara, Palestina, Tibet, etc.

         ¿Había que hacer algo para detener el ataque de Gadaffi? Por supuesto. ¿El qué?

         Para algunos parece que Gadaffi ha surgido como un dictador caído del cielo en Marzo de este año. Los mismos que en los últimos años han recibido al dictador con honores de Jefe de Estado (la última vista a España fue en diciembre de 2007), los mismos que le han vendido armamento para aniquilar a su pueblo, los mismos que han  comprado a Gadaffi (no al pueblo de Libia) su petróleo, que han permitido la entrada del dinero del sátrapa en su clubs de futbol, en sus grupos de comunicación o han permitido “comprar” título universitarios a  los hijos de Gadaffi.

         Estos mismos que han ignorado a las asociaciones de Derechos Humanos en sus críticas al Gobierno Libio (por citar un solo ejemplo, el Informe anual de Amnistía Internacional del año 2004), estos mismos nos piden que le apoyemos a pies juntillas. Permítanme  que dude de sus intenciones.

         ¿Que qué podríamos haber hecho para evitar llegar a esta situación? Se me ocurren varias cosas. No venderle armas, establecer un bloqueo comercial (lo “siento” por Repsol), romper relaciones diplomáticas o mantener contacto con la oposición libia en el exilio (que existe desde hace años).

En este último aspecto me surgen otras dudas ¿Quién son estos rebeldes? ¿Son, como afirman algunos, jefes tribales en búsqueda de poder? ¿Son, como afirman otros y deseamos todos, organizaciones civiles defensoras de los derechos democráticos? ¿Quién les financian la compra de armas? ¿Es cierto que en  “gobierno” de los rebeldes hay varios ministros de Gadaffi, conversos de última hora?

Pero mientras se me aclaran éstas y otros dudas que me irán surgiendo: ¡No a la guerra! ¡No a los dictadores!

Nota: Javier Vizcaino ha publicado en Diario de Noticias (domingo 20 y jueves 24 de marzo) unas columnas muy interesantes y, por supuesto, mejor escritas.
Nota del 30 de marzo: La Conferencia de Londres toma posición política y militar por los rebeldes libios (no excluyen armarlos como antes armaron al dictador). Esta toma de posición, que se podrá considerar legítima, modifica el discurso unidireccional de que la intervención militar sólo quería crear una linea de exclusión aerea para proteger a los civiles.


 

jueves, 17 de marzo de 2011

La derecha ventajista


El papel de la derecha en estos últimos dos años es de nota. Por supuesto, mala. Para los de antes más o menos un 3 que era un insuficiente, ahora ya no sé si es progresa adecuadamente o necesita mejorar o algo parecido. Vamos, el suspenso del toda la vida.

Ya sabemos que el Gobierno Zapatero está haciendo las reformas con las que sueña el PP, tanto en el terreno económico, como en el financiero, laboral o energético. Pero de ahí, a tomarnos por tontos, va un trecho. Se nos presenta el Partido Popular como el adalid de los trabajadores, el defensor de las pensiones públicas, titubea con la bancarización de las cajas (se abstuvo en la última votación en el Congreso, desconozco si por exceso o por defecto), nos aparece Mª Dolores De Cospedal abrazada a la causa saharaui. Si hasta Manuel Fraga senador, presidente fundador del PP y bañista en Palomares, pedía un debate sobre la energía nuclear.

La derecha juega con ventaja. La ventaja de saber que este gobierno, el de Rodríguez Zapatero, lleva en el pecado la penitencia y, desgraciadamente, las encuestas así lo manifiestan.

Cuando la gente elige, prefiere el original a la fotocopia y las políticas económicas de la socialdemocracia europea apenas se diferencian de las planteadas por los conservadores.

Con este panorama Rajoy cuenta gozoso los días que le faltan para situarse en la Moncloa y opta entre la vagancia programática y las soflamas viscerales de sus huestes. Como nos recuerdan algunos momentos parlamentarios al irascible ¡Váyase, Sr. González!

Pero señores de la derecha, como decía un sociólogo amigo: “Las encuestas políticas las carga el diablo”.

jueves, 10 de marzo de 2011

¿Existe Islandia?

         En una sociedad tan mediática como la nuestra, lo que no aparece en los medios de comunicación no existe o, como dicen los psicolingüistas,  lo que no se puede nombrar no existe.
         Y está claro que si preguntamos a la ciudadanía que opina de la “revolución islandesa” pondrá la misma  cara de extrañeza que puse yo cuando, en una reunión, una compañera nos refirió los hechos que luego os relataré-
         Soy consciente que al mismo tiempo surgían las revueltas en los países árabes y que en ellos se concentraban el interés periodístico; pero la ausencia absoluta de la palabra Islandia en los informativos muestra la necesidad de ocultar lo que allí sucede.
         Lo que en este pequeño país del norte de Europa, de los considerados ricos países nórdicos, está sucediendo es que los ciudadanos se han hartado de las políticas que han llevado al país a la bancarrota.
         El 93% de la población islandesa, en referéndum, se ha negado a pagar la deuda generada por los Bancos y avalado por la nefasta política del FMI. Este resultado y las continuas movilizaciones ha provocado dos crisis de gobierno y la creación de una comisión ciudadana encargada de redactar una nueva Constitución que parece apostar, y aquí creo que ésta es la causa del mutismo mediático, por nacionalizar sectores estratégicos, comenzando con la banca.
         Ya sé que lo que sucede en un país no puede ser miméticamente trasladado a otro, y que las características de Islandia (superficie, población, independencia energética) no son comparables a las nuestras. Pero alguien debía ser él que tratara como delincuentes a los verdaderos responsables de la crisis y debía decir No al poderoso FMI.
Nota de hoy: ¿Quién dirige las agencias de calificación? ¿Para cuándo su responsabilidad legal?

domingo, 6 de marzo de 2011

¿Pedagogía Política otro oxímoron?

         Una de las características que se debe exigir a cualquier administración pública es que las disposiciones que realicen sean entendidas y comprendidas por nosotros, los administrados.
         Soy consciente de que en estos tiempos que vivimos existe una sobreinformación, una gran acumulación de datos y una gran facilidad para el acceso a la misma. Internet nos permite conocer cualquier dato en cuestión de segundos.
         Pero lo que reclamo es la explicación, el porqué de estas medidas. No me sirven enunciados categóricos como “es necesario”, “son reformas imprescindibles”, “medidas duras pero nos garantizan el futuro”. Pues no, no me sirven estas afirmaciones si no van acompañadas de explicaciones que las justifiquen. Luego ya seremos los ciudadanos quienes lleguemos a nuestras conclusiones.
         Si hasta el Papa ha renunciado al uso de la infabilidad pontificia, igual hasta convencido de que la verdad es poliédrica ¿qué les cuesta a nuestros gobernantes asumir el esfuerzo del razonamiento? Necesitamos del discurso propositivo, analítico y hasta apasionado, para que podamos sentirnos convencidos de lo que nos trasmiten. Se ha perdido el uso del discurso como instrumento de pedagogía en nuestra política más próxima.
         Estoy un poco hastiado de que medidas imprescindibles se hayan visto superadas por los hechos a gran velocidad, a veces modificadas entre su anuncio y su publicación en el BOE.
         Esta “breve” introducción viene motivada por el anuncio por parte del Consejo de Gobierno de 20 medidas para el ahorro energético. En este caso, la palabra solemne utilizada por el Ministro de Industria ha sido “responsabilidad”. Si se nos van a exigir al conjunto de la población ciertos esfuerzos encaminados a una mejora en la eficiencia energética, lo menos que se le puede exigir al Gobierno es un esfuerzo en la comunicación.
         ¿Quién no está de acuerdo en medidas que se proponen bajo estos axiomas? Ahorro, eficiencia energética y, en la medida de la reducción de la velocidad máxima a 110 km/hora, la reducción de accidentes.
         Pero no apelen a la responsabilidad, con mayúsculas, para dar por cerrado el debate. ¡Si hasta el Presidente de Gobierno reconoce que algunas de estas medidas son transitorias!
         La improvisación, el discurso contradictorio entre miembros del Gobierno, dificulta la adhesión ciudadana a unas medidas que serían más eficaces sin son asumidas por el conjunto de la ciudadanía.
         Siempre es más fácil convencer cuando se mantiene una línea de discurso de forma continuada, cuando los hechos acompañan a las palabras.
         Esta semana aparecía una noticia que resume lo que pretendo explicar: “El PSOE, PP, PNV y CiU han rechazado en el Congreso tres leyes de ahorro energético en los  últimos años. Todas estas leyes fueron elaboradas por CCOO, Ecologistas en Acción, Greenpeace y WWF España, junto a IU-ICV y presentadas por este grupo”.
         Como ya he comentado en alguna ocasión, yo aprendo por acumulación. Por lo tanto conmigo un poco de paciencia y claridad en la explicación. O sea,lo que antes se conocía como Pedagogía Política.
        

miércoles, 2 de marzo de 2011

Lo que la crisis nos ha devuelto

         Estos días estamos debatiendo una medida que más allá de la crítica por su improvisación, incorrecta comunicación y, sobre todo, por su carácter temporal (con todas las ventajas que según el Presidente conlleva no entiendo que sea transitoria), ha vuelto a poner sobre la mesa una palabra que no hace mucho tiempo estaba casi olvidada en nuestro léxico público: ahorro.
         Al anuncio por parte de Gobierno de la limitación a 110 km/hora como velocidad máxima en autovías y autopistas, han continuado otras como el próximo cambio de la iluminación pública con bombillas de bajo consumo o la coordinación del parque móvil, todo ello buscando el mismo objetivo: ahorro energético.
         El pasado verano era habitual ver anunciar en ruedas de prensa a los concejales de fiestas de todos los Ayuntamientos de Navarra la reducción de actos festivos. Nos decían “Este año hemos realizado un presupuesto riguroso”. Le podíamos haber preguntado: ¿Dónde estaba la rigurosidad con fondos públicos en otros años? Dejaré esta pregunta en el aire para mejores tiempos.
         Cuando hace dos años alguna localidad ya se planteaba esta cuestión, tuve claro que esta crisis iba a ser más larga y dolorosa que los que nos contaban. Si estos concejales se atrevían con estas medidas tan poco populares será porque conocían que las arcas municipales estaban, o intuían que iban a estar, tiesas.
         Por muchas razones la palabra ahorro está de moda, y no lo digo sólo por el insultante bombardeo mediático de algún banco.
         Cuestiones como eficiencia energética, austeridad, previsión… se cuelan en todas las tertulias de los medios de comunicación con una fuerza no conocida por mí. Toca el ahorro.
         Bienvenido sea que en el debate público se apuesten por medidas que la mayoría de la ciudadanía lleva tiempo realizando.
         Pero, por desgracia, esto parece ser que durará poco. Hoy algún responsable económico ya alertaba que este incremento en el ahorro de las familias podía cortar los “brotes verdes” y frenar la salida de la crisis.
         ¡Qué pronto oiremos en la mismas tertulias, “Consumid malditos, consumid”!