domingo, 6 de marzo de 2011

¿Pedagogía Política otro oxímoron?

         Una de las características que se debe exigir a cualquier administración pública es que las disposiciones que realicen sean entendidas y comprendidas por nosotros, los administrados.
         Soy consciente de que en estos tiempos que vivimos existe una sobreinformación, una gran acumulación de datos y una gran facilidad para el acceso a la misma. Internet nos permite conocer cualquier dato en cuestión de segundos.
         Pero lo que reclamo es la explicación, el porqué de estas medidas. No me sirven enunciados categóricos como “es necesario”, “son reformas imprescindibles”, “medidas duras pero nos garantizan el futuro”. Pues no, no me sirven estas afirmaciones si no van acompañadas de explicaciones que las justifiquen. Luego ya seremos los ciudadanos quienes lleguemos a nuestras conclusiones.
         Si hasta el Papa ha renunciado al uso de la infabilidad pontificia, igual hasta convencido de que la verdad es poliédrica ¿qué les cuesta a nuestros gobernantes asumir el esfuerzo del razonamiento? Necesitamos del discurso propositivo, analítico y hasta apasionado, para que podamos sentirnos convencidos de lo que nos trasmiten. Se ha perdido el uso del discurso como instrumento de pedagogía en nuestra política más próxima.
         Estoy un poco hastiado de que medidas imprescindibles se hayan visto superadas por los hechos a gran velocidad, a veces modificadas entre su anuncio y su publicación en el BOE.
         Esta “breve” introducción viene motivada por el anuncio por parte del Consejo de Gobierno de 20 medidas para el ahorro energético. En este caso, la palabra solemne utilizada por el Ministro de Industria ha sido “responsabilidad”. Si se nos van a exigir al conjunto de la población ciertos esfuerzos encaminados a una mejora en la eficiencia energética, lo menos que se le puede exigir al Gobierno es un esfuerzo en la comunicación.
         ¿Quién no está de acuerdo en medidas que se proponen bajo estos axiomas? Ahorro, eficiencia energética y, en la medida de la reducción de la velocidad máxima a 110 km/hora, la reducción de accidentes.
         Pero no apelen a la responsabilidad, con mayúsculas, para dar por cerrado el debate. ¡Si hasta el Presidente de Gobierno reconoce que algunas de estas medidas son transitorias!
         La improvisación, el discurso contradictorio entre miembros del Gobierno, dificulta la adhesión ciudadana a unas medidas que serían más eficaces sin son asumidas por el conjunto de la ciudadanía.
         Siempre es más fácil convencer cuando se mantiene una línea de discurso de forma continuada, cuando los hechos acompañan a las palabras.
         Esta semana aparecía una noticia que resume lo que pretendo explicar: “El PSOE, PP, PNV y CiU han rechazado en el Congreso tres leyes de ahorro energético en los  últimos años. Todas estas leyes fueron elaboradas por CCOO, Ecologistas en Acción, Greenpeace y WWF España, junto a IU-ICV y presentadas por este grupo”.
         Como ya he comentado en alguna ocasión, yo aprendo por acumulación. Por lo tanto conmigo un poco de paciencia y claridad en la explicación. O sea,lo que antes se conocía como Pedagogía Política.
        

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